Los últimos días he venido escuchando en clases conceptos sobre lo que es el Arte, como tengo de profesor a Víctor Vich, es todo un privilegio. Él nos cuenta que el Arte es un objeto que piensa, que el Arte es algo más que sólo las letras que lo designan. El trabajar con desechos en mi propia casa me hace pensar en muchos temas, sobre la globalización y si es posible eliminarla. Traer a la mente semejantes preocupaciones, me da la sensación de que en Bellas Artes, donde estudio la espectativa de cambiar el mundo casi son nulas. Exponer el cuerpo, pienso, exponerlo hasta explotar, pienso en la mamapacha, pienso que desaparecerá también de forma metafórica y hasta que saldrá de nuestras venas. Uno piensa en el deber, en que debe escribir poco para los cibernautas acostumbrados a los monosílabos.
El Arte, para mí, es una paradoja parasitaria de sí mismo, el capitalismo lo pudre, pero cuando llegas a cierta edad te das cuenta que el arte no cuenta. El Capital es más poderoso, desde ese lugar nos dice el profesor incredulamente que se puede hacer Arte. Tratar de meterse en la maraña del Arte, en sus tentáculos, y encima seguir ciertos parámetros me parece casi imposible. Cazar afuera, matar adentro el corazón del monstruo del capital, un poco de caos no caería nada mal estos días.
La creación empieza del caos, con una serpiente negra que se enreda en el cuello de su creador, así debe ser el Arte.
Agujero negro. De la nada nace todo. A la nada vamos.
Gran Explosión del Bing Bang.
Arriba vemos al astrofísico y cosmólogo
Stephen Hawking, de origen británico.
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